
Los curiosos habitantes del Jardín Botánico La Laguna
Resumen
El Jardín Botánico La Laguna, ubicado en Antiguo Cuscatlán, El Salvador, es conocido por ser un remanso de paz natural en medio de la ciudad.
Una fascinante comunidad de reptiles
Este hermoso parque no solo alberga una gran variedad de plantas, sino que también es hogar de una fascinante comunidad de reptiles que despiertan la curiosidad y admiración de sus visitantes. Entre ellos destacan las iguanas, verdaderos emblemas del lugar, junto con otros reptiles que enriquecen la biodiversidad del parque.

Iguanas: los protagonistas del parque
Uno de los espectáculos más comunes y queridos en el Jardín Botánico La Laguna es observar a las iguanas tomando el sol sobre las ramas de los árboles o desplazándose lentamente entre las plantas. Las iguanas verdes (Iguana iguana), también conocidas como "garrobos" en algunas regiones, son especies herbívoras que se alimentan principalmente de hojas, flores y frutas.
Con sus escamas brillantes y su porte imponente, estas criaturas se han adaptado perfectamente al ecosistema del jardín. Su presencia es un recordatorio de la importancia de conservar espacios naturales que sirvan como refugio para la vida silvestre.

Hogar de otros reptiles
Además de las iguanas, el parque es hogar de otros reptiles que complementan la rica biodiversidad del lugar: Las Lagartijas, estas pequeñas y ágiles criaturas se pueden observar correteando entre las rocas y plantas. Algunas especies comunes en el parque incluyen los, conocidas por su velocidad de desplazamiento

La importancia de preservar su hábitat
El Jardín Botánico La Laguna es más que un espacio recreativo; es un refugio para la flora y fauna local. Los reptiles que habitan aquí desempeñan un papel crucial en el equilibrio ecológico del parque, ayudando en la dispersión de semillas, el control de insectos y el mantenimiento de la cadena alimenticia.
Es importante que los visitantes respeten a estos curiosos habitantes y eviten cualquier acción que pueda poner en peligro su bienestar. Esto incluye no alimentarlos, no intentar capturarlos y asegurarse de no dejar basura que pueda afectar su hábitat natural.